El escáner de imagen de resonancia magnética produce fotografías de alta resolución de los tejidos en el interior del organismo. Unas bobinas superconductoras producen un campo magnético intenso, hasta 60,000 veces más fuerte que el campo magnético terrestre; ese campo se usa para alinear los protones de los átomos de hidrogeno en el organismo del paciente. Al igual que los electrones, los protones tienen la propiedad del “espín” (número cuántico que expresa el giro que hacen los corpúsculos en torno de sí mismos), y se alinean con un campo magnético. A diferencia de una brújula que se alinea con el campo magnético terrestre, el eje de un protón oscila en torno del campo magnético aplicado. Cuando las ondas de radio pasan y los protones regresan con rapidez a su comportamiento de oscilación, emiten señales electromagnéticas débiles, cuyas frecuencias dependen un poco del ambiente químico donde se encuentre el protón. Las señales son captadas por sensores, y analizadas por una computadora revelan densidades variables de átomos de hidrogeno en el organismo, y sus interacciones con los tejidos vecinos.
En estas imágenes se distinguen con claridad el fluido y el hueso.
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